LAN, Festival Audiovisual Obrero es un festival impulsado por artistas que ahondan en las relaciones entre arte/trabajo e imaginario obrero. A lo largo de sus cinco ediciones, LAN no sólo ha crecido como festival sino que también lo han hecho los vínculos que ha establecido progresivamente con diversos agentes del contexto cercano, proponiendo una batería de actividades que complementan el visionado de los documentales; núcleo del festival.

Una de las principales novedades de la edición de 2021, ha sido la puesta en marcha de geLAN, un ciclo de actividades de creación colectiva, formación y transmisión de saberes para actualizar el imaginario obrero desde las creaciones contemporáneas, que ha tenido lugar dentro de BAGI! (BilbaoArte Gela Irekia), un programa de formación, reflexión, acción y crítica del arte contemporáneo de y en Euskadi, impulsado por la Fundación BilbaoArte, en el marco del Plan Extraordinario Bilbao Aurrera 2021. Las actividades que han conformado esta aula por y para artistas han tenido como objetivo re-significar la idea de trabajo asociada a la fábrica.

A esto se debe la programación de cada uno de los talleres en dos turnos. El paralelismo con la organización del trabajo por turnos tan habitual dentro de la fábrica, es trasladado a una actividad vinculada con la formación y la producción artística. Por un lado, las artistas invitadas a impartir los diferentes talleres adquieren la condición de una trabajadora más mientras que, por otro lado, se genera cierta (contradicción) con aquella losa largamente acarreada por los perfiles laborales sobreentendidos como “vocacionales” (como los que tienen base en la creatividad). El desarrollo de los talleres en turnos cuestiona también la creencia por la que la creatividad, motor de los trabajos creativos, se presenta como un recurso inagotable, disponible en cualquier momento del día, pero que conlleva el desvanecimiento de la ya de por sí delgada línea entre el tiempo dedicado al trabajo y el tiempo personal.

Entre las constantes que atraviesan LAN, se advierte asimismo el desplazamiento de la fábrica como piedra de toque del imaginario obrero; el campo y el espacio doméstico también reivindican su lugar dentro del mismo. Hay un componente cíclico en la fábrica, en el hogar y en el campo, relacionado con la ejecución de una serie de tareas repetitivas que no tienen fin. Como esos clips de vídeo cortos y en bucle que circulan constantemente por las redes sociales.

El trabajo artístico de Beatriz Sánchez a.k.a. Loopitas, traslada la idea de la cadena de montaje a la producción audiovisual. Se refiere a este “workershop” como una fábrica para producir una metralla de vídeos; clips abundantes, rápidos, baratos y de fácil asimilación, acorde a la tendencia de la cultura audiovisual mainstream del siglo XXI. Loopitas entra en la sala transportando un carro que contiene cajas repletas de objetos variopintos. Cosas encontradas y tomadas de aquí y allá, también del mundo digital, que sirven a Loopitas para la generación de los que ella llama “vídeos obreros” o “loops industriales”: producidos masivamente y listos para ser consumidos.

Al cruzar la puerta del taller enseguida me llamó la atención el despliegue técnico. A lo largo y ancho de un par de mesas estaban dispuestos una serie de objetos. Aunque a primera vista el cúmulo de cosas podría parecer variado, en un segundo vistazo, el conjunto evidenciaba su armonía de bazar. Sin embargo, lejos de la perfección comercial del Tiger o el ALE-HOP,  cada objeto que allí reposaba estaba atravesado por el uso. En ellos se adivinaba una función. Y es más, a imagen y semejanza de ese uso, estaban asimismo transformados los objetos. Esa serie de objetos banales constituían por lo tanto las herramientas de trabajo del taller de Loopitas (Seijas 2021, comunicación personal).

El trabajo audiovisual de Loopitas, recuerda a la cantidad de clips de vídeo que re-circula sin fin por las redes sociales: stories y reels, Youtube shorts, memes… una producción ciertamente masiva que, aunque mucho tenga que ver con el afán de sus creadores y creadoras en la corroboración de una identidad propia, no son sino productos clonados listos para su distribución en la pequeña pantalla, y como resultado del comportamiento uniformado de una masa.

Así como la abigarrada colección de Loopitas representa la imagen paradójicamente homogénea del bazar, el grupo formado por una multitud de individuos encarna la de la masa: […] La transformación de estos objetos para el fin de producir una animación, podría comprenderse como un intento de dar sentido a ese montón plástico con diversidad de formas y colores (Ídem). Esta idea de progresión (unidad-grupo-masa) está presente en el trabajo de Javier Rodríguez a.k.a. Chavezito de la Cal.

Al subir las escaleras que dan acceso al Patio de Cristal de BilboArte, lugar en el que se desarrollaría el taller en la mañana del 23 de septiembre, lo hice de forma mecánica, en aquel momento aún no sabía la importancia que tomaría este elemento arquitectónico a lo largo de esa mañana (ídem).

 El primer ejercicio propuesto por Chavezito consistió en situar el grupo de participantes ocupando la totalidad de las escaleras, persona por peldaño. Tras permanecer algunos minutos en esta posición, el sujeto que ocupaba el primer peldaño lo abandonaba, para dejar espacio a la siguiente y viceversa: la persona que ocupaba el último peldaño cedía su espacio a la siguiente, hasta conseguir que todo el grupo hubiese ascendido o descendido completamente las escaleras. Este grupo de individuos, actuando como una masa, no quedó exento, sin embargo, de verse afectado por las relaciones que pueden establecerse entre su posición y el entorno, dependiendo si las personas habían estado situadas en los peldaños más elevados o, en cambio, en los más bajos.

Durante el segundo ejercicio, el grupo se centró en la transformación de paneles de pladur aplicando la lógica utilizada en la acción anterior, por la que el movimiento de una de las unidades desencadena la variación de todo el conjunto. Las diversas intervenciones realizadas sobre las planchas de pladur dotaron a éstas de la tridimensionalidad propia de una escultura, mientras este material era despojado de todo uso convencional. La propuesta establecía, por tanto, un razonamiento en bucle, entre el material ordinario convertido en escultura, y una escultura seriada, bajo un patrón que podría reproducirse infinitamente.

El bazar de Loopitas y la masa de Chavezito se encuentran en este punto en el que […] esta resignificación, que acaso podríamos señalar como iconoclasta, no tiene un margen de diferenciación muy amplio, es decir, principio y final están acoplados (ídem). Esto es, funcionan como un circuito cerrado: tanto la creación audiovisual rápida y de bajo coste de Loopitas, reflejo de ese gran bazar contenido en nuestras manos gracias a los smartphones, como la economización y la seriación de la acción y de las formas de Chavezito parecen situarse dentro y fuera al mismo tiempo de una perversa secuenciación basada en la obtención de los mayores beneficios con los menores recursos. “Principio y final están acoplados” (Ídem):

Dentro del imaginario de la cultura de masas, podríamos colocar esa superioridad de la no función sobre la función, de la negación sobre la afirmación, en la figura del muerto viviente. Así pues este proceder afirma de forma negativa, y posiblemente desde el más profundo malestar, la necesidad infundada de la sociedad de consumo (Ídem).

Tanto el hackeo neo-punk de Loopitas como el hackeo ready-made de Chavezito hacen de lo cutre algo estético y de lo práctico algo inútil. Un continuum por el que la idea de la economía de la producción o, más bien, la economización de la producción, es trasladada al arte: Las artistas, conciencia de clase, no tenemos. Pero realmente somos obreras y muy explotadas (Beatriz Sánchez, comunicación oral, 2021).

Preguntas como “¿existe la clase obrera en el siglo XXI?”“¿cuál es el rol de las y los artistas en el mundo del trabajo actual?”, han guiado el proyecto colectivo ikasLAN, en el que ha participado alumnado del Máster de Investigación y Creación en Arte Contemporáneo INCREARTE y el Máster en Arte Contemporáneo, Tecnológico y Performativo ACTP, de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU).

Este proceso de pensamiento, debate e investigación desde la práctica artística en torno a la concepción polifacética del trabajo en el siglo XXI, ha discurrido bajo la tutorización de Juan Pablo Orduñez (MawatreS) y Camilo Torres Zorrilla. Ambos han sido los artistas encargados de la dirección de las sesiones y el asesoramiento relativo al desarrollo de los proyectos propuestos por los y las alumnas, y la coordinación de la publicación resultante, “LANAK_obras & mecanismos”[1], que recopila información sobre los mismos.

Dicha publicación ofrece un recorrido por diferentes propuestas contemporáneas que abordan, de forma plural, las cuestiones planteadas. Se atisba no sólo la transformación del paisaje, compartido por los ya escasos vestigios del pasado y las señas del presente, sino también en lo que a las nuevas tipologías laborales se refiere. No obstante, recogiendo el sentir de Loopitas y recordando las planchas de pladur de Chavezito, pareciera que las artistas tienden a establecer una mayor identificación con la obrera, que con la figura mítica del genio que ha caracterizado a los y las trabajadoras del arte y la cultura, y entre la fábrica y las dinámicas productivistas que impregnan los trabajos en los que la creatividad es considerada la principal materia prima.

La conversación entre las artistas Saioa Olmo y Héctor Zamora, incide, coincidiendo con el ánimo de LAN, en la importancia de recuperar miradas que hagan hincapié en el desdoble de la fábrica, el polifacetismo de la figura del obrero, así como en la invisibilización de la obrera, y del trasvase de la dinámica fabril hacia el hogar. Pero también lo hace en las analogías y las disonancias entre un presupuesto “trabajo realizado por hombres” y un atribuido “trabajo realizado por mujeres”, así como en las connotaciones asociadas al trabajo realizado por unos y el trabajo realizado por otras (personas migrantes, precarias,…); todas ellas cuestiones latentes en el trabajo audiovisual de Zamora.

Inconstancia material

Una cuadrilla de albañiles se lanza ladrillos entre compañeros. Sin parar, se los pasan de unos a otros. Entre lance y lance, muchos de los ladrillos caen al suelo y se rompen en pedazos, pero los montones de ladrillos apilados nunca merman. Hay algo en esta acción vinculable con el hackeo ready-made de Loopitas y Chavezito, y que es el cuestionamiento de la finalidad práctica del ladrillo. En este vídeo de Zamora advertimos claramente la lógica de la serie individuo-grupo-masa explicada por Chavezito durante los talleres: resulta necesario apilar ladrillos para formar un conjunto útil. Sin embargo, la coreografía de la cuadrilla de albañiles niega la finalidad práctica del ladrillo.

Memorandum

El sonido mecánico producido por el rápido teclear de las mecanógrafas inunda el espacio. Sentadas en los escritorios dispuestos a lo ancho y alto de un andamiaje, mujeres mecanógrafas escriben breves pasajes biográficos.

Esta acción confronta lo personal y lo impersonal; la biografía y la sistematicidad de los asépticos puestos ocupados por mujeres dentro de la Administración. Las hojas de papel empiezan a volar lejos del andamiaje y se posan en el suelo, de donde son recogidas por personas que tratan de leer la huella que han dejado los tipos al golpear contra el papel, sin tinta alguna.

Si viramos hacia el contexto de la producción audiovisual, enseguida evocamos la figura del director de cine masculino, dando órdenes a los diferentes equipos que ejecutan simultáneamente todo tipo de tareas que tienen un único fin: conformar la escena, unir la secuencia, producir un tipo de material que podemos reproducir (y consumir) cuantas veces deseemos. Desde LAN, se señala que las mujeres han ganado una mayor presencia como productoras, tanto en el sentido de la fábrica como en el de productoras de cine y, en este caso, de cine obrero.

Nas coxas

Nas coxas es una expresión portuguesa que, por un lado, significa “en los muslos” o “sobre los muslos”, y que se usa coloquialmente para referirse a algo defectuoso, mal hecho o descuidado. Parece que esta expresión colonial refiere a un hipotético método de fabricación de tejas durante el virreinato de Brasil, mediante la colocación del barro sobre los muslos de los esclavos, quienes lo golpeaban sobre los mismos, de tal modo que las tejas resultantes adquirían su característica forma curva. Por otro lado, la expresión nas coxas también es utilizada para referir las relaciones sexuales mantenidas fuera del matrimonio, pero sin penetración.

En cualquier caso, esta expresión peyorativa, tanto en alusión al trabajo hecho por esclavos o en alusión al sexo fuera del matrimonio, proyecta una serie de connotaciones negativas sobre aquellas personas y actividades al margen (o expulsadas) de la normatividad colonial y patriarcal, especialmente si se trata de mujeres, como lo son las protagonistas de esta pieza audiovisual.

Dentro de este imaginario revivido por LAN es difícil no evocar aquellos trabajos que, presumiblemente, podían desempeñar mejor las mujeres gracias a las cualidades que acarrea este sencillo hecho, como las cigarreras. Enrollar cigarros puede resultar más rápido si se dispone de unas manos más pequeñas y dedos más finos, como los de las mecanógrafas. En definitiva, trabajos considerados menores (más artesanales que mecánicos) en comparación con los atribuidos a sus coetáneos masculinos: aquello hecho por mujeres (“Arte hecho por mujeres”, “Cine hecho por mujeres”, “artistas mujeres”, “documentalistas mujeres”, fotógrafas mujeres”, etc.), parece constituir una categoría a parte, que deba ser considerada mediante otros criterios de valoración.

Movimientos emisores de existencia

Un grupo de mujeres pisa jarrones de arcilla fresca mientras camina. Esta es una acción catártica en la que ellas aplastan, sin ir más lejos, el símbolo (entre tantos otros) del peso del trabajo doméstico: el cántaro de agua o leche. Mientras el titán Atlas sufre al cargar el peso del mundo a sus espaldas, ellas portan el cántaro con abnegación.

Este pisar las vasijas, realizadas por hombres, es una acción más relacionada con el placer que con el sufrimiento, aquello negado a las mujeres: el disfrute (el suyo propio, largamente invadido por las exigencias que requiere lo doméstico, actividad que no diferencia entre el tiempo dedicado al trabajo, el tiempo dedicado al ocio y el descanso y el tiempo dedicado al sueño porque, dentro del hogar, los límites se desvanecen). En este caso, lo que se desfigura son los cántaros pues la arcilla no está cocida. Dichos recipientes son pisados hasta obtener una masa informe de barro, otra vez moldeable, apto para construir nuevas formas.

Órdem e progresso

Esta pieza de vídeo es, por un lado, una punzante reflexión sobre las consecuencias de la industrialización de la actividad pesquera en Portugal. Entre los numerosos efectos, en la pieza se destaca la pérdida de la memoria cultural de las comunidades pesqueras del país citado. Por otro lado, en este trabajo de Zamora también se advierte una fuerte alusión al medio prioritario por el que llegan las personas migradas de ex-colonias portuguesas: el barco.

Como en el caso del grupo de mujeres que pisa las vasijas, aquí también se produce una acción catártica: un grupo de migrantes, mazos y hachas en mano, reduce a astillas una serie de embarcaciones del mismo modo que un supuesto “orden y progreso” destruyó parte de la memoria cultural e histórica de diferentes pueblos portugueses, al sustituir la pesca artesanal. Pero también es una acción purgante la de destruir el elemento asociado al medio utilizado por las personas migrantes para llegar a las costas de Portugal. A unos y otros, sean personas o modos de vida, se les niega participar de ese deseado orden y progreso, lema de la bandera Brasil.

La fábrica, y la idea de trabajo asociada a la misma, no sólo se encuentra y se expande en los contenidos que vertebran las actividades desarrolladas dentro de geLAN, sino que resulta transversal a la propia programación de geLAN en particular y de LAN, como festival, en general. LAN interpreta y re-interpreta, de forma integral, la polisemia inherente al concepto de trabajo, y cómo la construcción tradicional en torno al mismo es transferida a aquellas actividades que, tradicionalmente, se han situado al margen del circuito laboral normativizado. Al relato de las luchas que se suceden en tantos ámbitos laborales de las distintas latitudes del mundo, en las que se profundizará mediante las propuestas incluidas en el ciclo de visionados, se suma también aquellas que tienen lugar en el difuso terreno de la creatividad.

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